Escogimos este pretexto de la Carrera para visitar a Jessica y Brais, saber cómo viven y apoyarlos en su año de preparación para el match de residencia médica, una vez que ya habían realizado y aprobado los 3 exámenes obligatorios para acreditarse como médicos en USA.
El verano de 2018 fue muy cálido en Miami, y una carrera a principios de octubre tiene la dificultad que la preparación del verano es muy dura. Por tanto, no había pasado de las 6 millas en los largos de fin de semana y tenía dudas serias de mi comportamiento después de una hora de carrera. Para colmo, desde la llegada el viernes hasta el sábado por la noche, caminamos más de 26 millas paseando por la ciudad, con el cansancio muscular que esto implica.
El día de la carrera, como siempre amanecimos temprano y no encontramos en el parque frente a la Biblioteca Pública. Nos trasladaron al sitio de salida en autobuses y esperamos tranquilamente la salida.
La carrera comenzó a las 8:10 am, a unos 18 grados centígrados, y mientras dejábamos atrás cada milla, disfrutamos del todavía verde bosque de parques conectados, que se inserta en la ciudad y observamos como el tiempo “mejoraba” para los que no estaban corriendo, pero para nosotros se traducía en más calor y esfuerzo.
Para mi sorpresa, avanzaron los minutos, con algunas pendientes inesperadas, pero sin grandes esfuerzos hasta acercarme a las millas finales, que transcurrieron con un poco más de sufrimiento, pero todo dentro de lo normal. La llegada se realizó en un pequeño estadio, con familiares y amigos en una grada lateral de animación.
El tiempo realizado de 1:58:58 horas, por debajo de las 2:00 horas fue una satisfacción agradable para mis 56 años cumplidos. Jessica y yo corrimos conversando y disfrutando de paisajes, dolores y angustias hasta entrar juntos a la meta